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Alfredo Aracil, compositor de 'Siempre/Todavía y Premio Nacional de Música en 2015.
"La ópera sin voces 'Siempre/Todavía' es especial porque me obligó salir de mis casillas confortables"

"La ópera sin voces 'Siempre/Todavía' es especial porque me obligó salir de mis casillas confortables"

Hablamos con Alfredo Aracil, Premio Nacional de Música (2015) y compositor de la ópera sin voces 'Siempre/Todavía, con ilustraciones de Alberto Corazón e interpretada por Juan Carlos Garvayo al piano, que se pondrá en escena el sábado 16 a las 21.00 horas en el Museo Vostell

Laura Sánchez

Viernes, 15 de septiembre 2017, 21:13

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Siempre/Todavía es una ópera en la que el espectador no encontrará un personaje en el escenario, sino que navegará en la cabeza y el corazón del personaje a través de la imagen, el texto y el piano.

La ópera contará con unas 550 ilustraciones de Alberto Corazón, Premio Nacional de Diseño (1989), con la composición de Alfredo Aracil, Premio Nacional de Música (2015) e interpretada para piano solo por Juan Carlos Garvayo, Premio Nacional de Música (2013). Su historia se basa en la libreta de dibujos y textos sobre la experiencia de Alberto Corazón en un viaje a Damasco en 2002, donde se sintió contemporáneo y no heredero de esta cultura que había visto nacer el alfabeto, la agrimensura, la estabilización de los colores y que aún utilizamos a día de hoy.

Esta ópera sin voces ya ha recorrido media docena de escenarios, pero será el Museo Vostell donde por primera vez se presentará con una configuración no teatral sino museística.

Hablamos con Alfredo Aracil, doctor en Historia del Arte, gestor y asesor cultural y compositor de esta ópera sin voces, de la que acaba de publicarse un libro disco y que se pondrá en escena a las 21.00 horas mañana sábado 16 de septiembre en el Museo Vostell en el marco del XIX Ciclo de Música Contemporánea.

¿Cómo será la puesta en escena en el Museo Vostell?

Es la primera vez la que se presenta con una configuración no teatral sino museística y eso me apetecía mucho por mi veneración por este museo y por la obra de Vostell. Me apetecía que no se desalojara el Museo para hacer la obra sino que la obra se hiciera un hueco entre las piezas de la colección para poder ver la obra como una pieza más, y durante estos 70 minutos aproximadamente formara parte de las colecciones del Museo y eso es lo que hemos conseguido.

El poder presentarla en un lugar como el Museo Vostell que para mi tiene un carácter de lugar sacro, con toda la carga que el Museo tiene, es como una medalla.

¿Cómo es esta configuración?

De todas las posibilidades de las naves del museo la que mejor encontramos fue la nave de colección de fluxus en sentido transversal, no longitudinal, cambiando por primera vez en la historia de Siempre/Todavía, la manera de ofrecerlo, que en lugar de ser con visión teatral; un piano en primer plano y una gran pantalla detrás proyectando el resto de la obra, sea poniendo el piano sin pantalla y dos pantallas laterales para que la gente tenga la posibilidad de ver al pianista, ver la pantalla o escuchar solo la música y ver lo que se está proyectando.

En una ópera la gente espera una escenografía, unos personajes... ¿qué va a ver el espectador en Siempre/Todavía?

Aquí hemos ido un poco a la esencia casi de lo que podría ser la ópera y existe por una parte la música, puesto que hay música en vivo, es un piano el que la está interpretando y lo que está asistiendo a un relato, lo que pasa que el personaje no está en el escenario sino que los espectadores nos metemos dentro de la cabeza del personaje y entonces en las pantallas lo que vemos es lo que el personaje ve. Y lo que leemos, que son unos textos, es lo que el personaje piensa.

¿Por qué decidió hacerla sólo a piano?

Tratamos de depurar al máximo y por eso es una de las razones por lo que decidí hacer la música para piano solo sin añadir más instrumentos que me hubieran facilitado mucho el crear espectáculo musical. Quería también verme obligado a limitarme y crear una música que más que pintura sea dibujo, donde vas a lo esencial, al trazo, más que a la superficie.

La ópera surge a raíz de una libreta de viajes de Alberto Corazón, ¿cómo fue volcarla a la composición musical?

Alberto Corazón estuvo en Damasco en 2002 para terminar de organizar una exposición monográfica que le hacían de su pintura y escultura en el Museo Arqueológico Nacional de Damasco. Allí vivió no solo el montaje de sus obras sino la convivencia de sus obras con lo que allí había y con lo que allí encontró.

Damasco dice ser la ciudad viva más antigua del mundo, y desde luego indudablemente en esa zona del mundo que está entre el Tigris y el Éufrates y al orilla mediterránea, se desarrollaron muchas de las cosas y herramientas de las que estamos todavía viviendo; el alfabeto, la agrimensura, la estabilización de los colores... mil cosas que para él como artista y persona de nuestro siglo le resultaron tremendamente familiares y lo que él narra y dibuja en esas libretas son sus impresiones.

En esa libreta extrajo los textos, los pasó a limpio y me los dio para leer porque tenemos una amistad. Soy como uno de sus primeros lectores. Me pareció algo muy emocionante e interesante a la vez porque planteaba algo que a mi me tocó; el dijo que en medio de esa primera escultura en arcilla de un escriba , en medio de esos primeros tablillas alfabéticas, en medio de toda esa cultura de siempre dice que no se sintió heredero sino contemporáneo de eso. Y esa idea del tiempo no como un tren a toda velocidad que nos va alejando del pasado sino como un espacio donde estar y donde encontrarnos con los que son como nosotros, era muy cercana a mí, que considero que el espacio de la cultura es precisamente ese tiempo que nos acoge, no un tiempo que nos aleja. Leyendo eso, luego salió como tal el libro con el nombre de Damasco Suite, y le dije que quería hacer una obra para piano de envergadura sobre este.

¿Cómo retomaron el proyecto?

Ahí quedó durante unos años hasta que surgió la oportunidad, fruto del interés que mostró por el proyecto el recién a punto de inaugurarse Museo de la Universidad de Navarra.

¿Cómo fue el proceso de creación?

No es una obra pensada en abstracto sino vivida desde dentro que va pidiendo. Los dibujos del cuaderno se quedaban un poco cortos para expresar todo lo que el texto estaba empezando a decirnos e hizo más de 500 nuevos dibujos. Y el guión que yo había hecho también me pidió un esfuerzo musical mayor del que yo imaginaba y acabé haciendo una obra en la que yo diría que voy más allá que nunca en la creación de mis partituras.

¿Es por tanto una obra especial entre sus composiciones?

Hay varias obras especiales y ésta desde luego es una de ellas porque me obligó a salir de mis casillas confortables. Me tenía que enfrentar a una idea y a un guión y a un acompañamiento plástico que estaba pidiendo compromiso.

¿Por qué se decantó por una ópera y no otro género?

La decisión era la composición musical para piano dentro de este guión todo está implicado, como una ópera, porque es una quinta esencia de lo que es una obra, en la que todo es coherente con todo lo demás.

¿De donde viene el título 'Siempre/Todavía'?

En la última página del cuaderno de anotaciones de Alberto Corazón acaba hablando de su sensación de que ya había vivido antes todo lo que había vivido en esas semanas damasquinas. Entonces las dos palabras juntas ofrecen era una pequeña imagen de lo que había originado la obra, esa idea del tiempo en el que el futuro y el pasado conviven.

¿Alguna anécdota de su puesta en escena?

Me impresionó mucho que al terminar la primera vez que se presentó la obra en el Museo de la Universidad de Navarra, se levantó Juan Carlos y se empezó a marear. Casi se cae al suelo de toda la tensión que había acumulado y toda la carga emocional que había interiorizado para ransmitir en las teclas. Me di cuenta que al margen de las estructuras, las armonías, lo que tiene es una carga emocional muy grande y que Juan Carlos Garvayo es la persona que mejor la ha entendido de todos, casi incluso que nosotros como autores, y que es el perfecto comunicador de lo que la obra contiene.

Fue Premio Nacional de Música en 2015, ¿qué supuso para su carrera?

Soy un compositor que estaba ya desde hace unos años refugiado en el retiro y el silencio y el premio fue una sorpresa porque creí que ya estaba fuera del escaparate. Lo estaba pero no me imagine que el jurado del premio nacional fuera a mirar fuera del escaparate y que me tocara a mi esa suerte. Entonces aunque uno busque el recogimiento, la soledad, la serenidad de no estar en el mercado de los creadores, al final la propia vida te va colocando donde le da la gana y a mí me volvió a meter dentro.

Sigo manteniendo ese espíritu de buscar la tranquilidad y silencio para escribir, pero al mismo tiempo creo que me devolvió en buena medida el foco o interés de mucha gente en mí porque cuando alguien que no hace mucho ruido lo señalan pues piensan por algo será y creo que en eso me vino muy bien y me anima a seguir haciendo lo que hago.

Además, se da la circunstancia que los tres somos premios Nacionales; Alberto Corazón de Diseño y Juan Carlos Garvayo premio Nacional de Música en la categoría de interpretación. Al final yo fui el último en llegar pero completamos el triángulo.

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