Por mucho que nuestros políticos se empeñen en hacer dotaciones a la Ley de Dependencia, por mucho que en cada presupuesto se le asigne una parte importante del reparto del pastel a esta Ley, y por muchos Centros de Día, Pisos tutelados, Residencias de Ancianos y demás patas que sostienen el ámbito de la Dependencia, lo cierto es que, en nuestro país, y lógicamente en nuestra región, las ayudas a las personas dependientes, siguen siendo muy escasas, con poca orientación a mejorar su calidad de vida y la de sus cuidadores, echándose en falta programas formativos dirigidos a familiares y profesionales .
Según Manuela Mesa, responsable de la empresa Demayor Servicios, "Hasta ahora, en la inmensa mayoría de los casos, y más en poblaciones rurales, una persona en situación de dependencia que sea atendido por familiares en su domicilio particular, conlleva un esfuerzo muchas veces sobre humano, que cambia sustancialmente la vida de familiares alterándola en el sentido físico, psíquico y social. Y no es muchas veces un problema de índole económico, que también, sino el grado de desconocimiento ante situaciones límites, echándose en falta un programa de culturalización del entorno del dependiente".
Demayor Servicios, una joven empresa malpartideña, que cuenta con tres años de vida en el ámbito de la Dependencia, lleva desarrollando, experimentalmente, un programa de alquiler de ayudas técnicas que está siendo la solución para mejorar el entorno del discapacitado, de familiares, de cuidadores y, por qué no, puede ser en esta época de crisis, la solución para la administración, que vería cómo con menos dinero, se podría atender a mayor población de dependientes. Este programa, del que ya se tiene experiencia en Castilla La Mancha, resulta novedoso para nuestra región.
Básicamente consiste en facilitar en régimen de alquiler a particulares, una serie de herramientas técnicas como grúas para encamados, bipedestadores, camas articuladas, sube escaleras, etc. que el cliente devuelve a la empresa una vez que termina la función para la que fue alquilada dicha ayuda técnica. La propia empresa forma y asesora a los usuarios ó cuidadores en su manejo y cuál es la ayuda técnica adecuada dependiendo del grado y nivel de dependencia, que siempre tiene la opción de compra si así lo desea.
Opina Manuela Mesa que "de esta forma se posibilita la permanencia de estas personas en sus domicilios. De hecho si a cada uno de nosotros nos preguntasen; ¿Dónde te gustaría permanecer en la última etapa de tu vida?, seguramente un gran número de personas contestaríamos que en nuestros hogares y con nuestra familia. Además el poder utilizar la ayuda técnica adecuada ayuda a facilitar las actividades básicas de la vida diaria e incluso promocionar la propia independencia del usuario/a, según en qué casos.
Con este sistema de alquiler, que se está actualmente en trámites de presentar a las autoridades provinciales y regionales "facilitamos que un gran número de personas tengan acceso a estas herramientas por el bajo coste que esto supondría para una familia, mientras que si se compran el coste suele ser bastante elevado. Además en la inmensa mayoría de los casos cuando se compra una ayuda técnica, si la persona fallece esta herramienta no vuelve a tener uso, en cambio con el régimen de alquiler promocionamos la ley de las tres erres, Reutilización, Retorno y sobre todo Reciclaje".
Esta empresa malpartideña, que tiene un ámbito de actuación regional, ha efectuado campañas de concienciación de utilización de este tipo de herramientas por toda la provincia, a través de charlas de manera interactiva, fundamentalmente por los pueblos de la Mancomunidad Tajo-Salor. Las primeras conversaciones con responsables de ésta Institución, en concreto con su presidente, Alfredo Aguilera, han servido para ver la posibilidad de que este novedoso producto, pueda ser exportado al resto de la región, bajo el posible tutelaje del Gobierno de Extremadura.