Las funerarias, trabajadores de primera línea
Malpartida de Cáceres es uno de los municipios de la región extremeña, hasta el momento, que no ha tenido que lamentar la pérdida de ningún vecino por el coronavirus. Sí ha habido varios vecinos que han fallecido a causa de infección por Covid-19, pero no del pequeño brote que se declaró en la localidad, sino que pertenecen a los brotes de otras localidades por haber sido residentes de centros de mayores en los que consiguió penetrar el virus.
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Aunque el coronavirus no haya dejado víctimas mortales en Malpartida, en esta localidad se adaptaron todos los servicios de cara a cumplir con la normativa que se ha ido implementando en todo el territorio con el pasar de las semanas.
Uno de estos servicios ha sido el de la funeraria, uno de los servicios que no ha parado y cuyos trabajadores sienten que son los grandes olvidados cuando son también de los que han estado día a día en primera línea de batalla.
Así, desde este medio de comunicación nos hemos puesto en contacto con Benito Casares Lancho, encargado de la base de Malpartida de Cáceres del tanatorio Serfátima S.L., de la ciudad de Cáceres, para saber cómo ha sido su trabajo durante el estado de alarma, cómo han cambiado las cosas para ellos desde que se declaró y cómo se han adaptado a la recién estrenada fase 1.
La base de Malpartida de Cáceres del tanatorio Serfátima cubre también varios pueblos, entre ellos Garrovillas de Alconétar y Santiago de Alcántara, dos municipios con importantes focos de coronavirus. En total, llevan 22 pueblos con 18 salas de velatorios, en Brozas, Mata de Alcántara, Herreruela, Salorino, Membrío, Alcuéscar, Torreorgaz, Talaván, Monroy… entre muchos otros.
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Con todos los municipios que cubren y el aumento de las defunciones durante la pandemia, han hecho en un mes los servicios de dos meses y medio del año pasado.
Ante esto Benito nos cuenta que el sentir general es de preocupación e impotencia, además de haber estado muy estresados tanto por el aumento de trabajo como por la difícil situación actual.
«La primera fallecida de aquí de Malpartida la recogí en la residencia de Arroyo y nos cogió sin preparación, sin nada… apoyándonos en las chicas de la residencia y ellas en nosotros», recuerda.
A pesar de ello, Benito nos cuenta que ellos concretamente contaban con EPIS desde el primer momento, proporcionados por su empresa.
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« Era algo que llevábamos mal porque el primer caso de Arroyo al ver a las trabajadoras con bolsas de basura atadas a la cintura me causó impresión cuando nosotros íbamos con nuestra mascarilla de doble filtro, tres guantes en cada mano, calzas, gorro, buzos de usar y tirar… desde el principio estábamos protegidos afortunadamente»
El caso de la falta de protección de las chicas de la residencia de Arroyo de la Luz no es el único, también cita a un conductor de ambulancia con el que se cruzaron en un servicio en la hospedería de Garrovillas y a quien tuvieron que darle un buzo; «el chaval iba con mascarillas y guantes, pero con una bolsa de basura».
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Tal y como nos cuenta, desde el principio Sanidad les proporcionó un protocolo en el que se señalaba que no se podían manipular los cadáveres y que debían ir en un sudario hermético o en dos sudarios desinfectados y con la caja precintada. «Eso decía el protocolo, pero claro, el protocolo te lo mandan y otra cosa es llegar a una residencia de ancianos, porque en el hospital te lo daban ya preparado, pero en la residencia lo cogíamos en la cama porque precisamente en Arroyo, 3 chicas que había nos quisieron ayudar y les dije que no dada la escasa protección que tenían».
Desde que comenzó la pandemia, en casi todos los trabajos ha habido reducciones de plantilla o incluso parón total de actividad, pero no es el caso de los trabajadores que han estado en primera línea, al igual que les ha pasado a ellos.
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Con respecto a esto nos cuenta que normalmente a la hora de recoger al fallecido, en situaciones normales, van dos pero a la hora del entierro solo uno ya que los familiares portan el féretro. Sin embargo, ahora con el coronavirus van siempre dos ya que con 3 personas en el cementerio hacían falta manos. Ellos, junto con el enterrador y el ayudante de este eran los encargados de portar el féretro.
Ya no se portan los féretros. Tal y como nos cuenta, unos por miedo y ellos por respeto, para que no se acercaran, a pesar de que la caja va totalmente desinfectada y sellada. En el momento del entierro incluso prescinden de los EPIS, pero toda precaución es poca, señala.
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En su plantilla, a pesar de ser trabajadores que han estado en contacto directo con el virus desde el primer día, de unas 16 personas que están no se ha contagiado ninguno.
«La verdad es que no nos han hecho pruebas, igual estamos todos asintomáticos, pero ninguno hemos caído enfermo, no hemos tenido síntomas», apunta.
Las precauciones que han tomado han sido muchas, Benito señala que su empresa desde el principio no ha escatimado en seguridad. «Cuando nos quedaban 50 buzos ya estábamos pidiendo otros 100 por si acaso»
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El trabajo en Extremadura no es el mismo que en las grandes ciudades. A pesar de ello, han tenido retrasos en sus servicios. En tanto en condiciones normales tardan en llegar al lugar del fallecimiento media hora, lo que tardan en el trayecto, en estos momentos se han podido retrasar hasta 3 y 4 horas por estar atendiendo a otras persona.
«Les avisábamos que estábamos con otro servicio y la gente lo comprendía totalmente, en ese aspecto los familiares fenomenal. A mí por lo menos me sale, soy muy sentimental y me afecta mucho el problema de los demás y ha sido algo que he valorado mucho porque una persona que lleva un mes sin ver a su madre y ahora no la puede velar y ahora no la ha visto de morir y que tenga encima esa displicencia contigo y encima te anime y te diga que no te preocupes por el tiempo… valoras mucho ese sentimiento y padecer de las familias en esos momentos tan duros, y en un entierro con 3 ó 4 personas…».
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También se ha hablado mucho del negocio de las funerarias en estos momentos, algo que, al menos en la que trabaja Benito no ha acontecido. «No hemos subido precios, todo lo contrario. Aquí las aseguradoras, cuando te haces un seguro de deceso tienen un capital, imagínate 2500 euros, donde te entra una corona de flores, recordatorios, misa, tanatorio… y ahora no se llegaba a ese capital, en muchos casos prácticamente el seguro sobraba entero y nosotros facturamos lo que hacemos y usamos y el resto las aseguradoras devuelven el dinero a la familia. Pero siempre digo lo mismo, en este oficio como en todos, hay profesionales y hay máquinas de hacer dinero».
«Ten en cuenta que tengo familias que les he hecho ya 3 y 4 servicios, entonces son familia, son amigos. En grandes ciudad no se conoce ni a la familia y ahí lo que cuadra son los números, aquí no pasa. La familia confía en ti, el trato es muy personal y no vas a hacer negocio. Llevamos un coche con 4 ataúdes para que elijan y lo primero que te dice la familia es «lo que tú digas», entonces claro, si depositan esa confianza en ti no le vas a dar lo más caro… y muchísimo menos en esta situación… no es ético, moral ni humano».
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Cambios en la fase 1
Extremadura entró en la fase 1 el pasado lunes y con ella se abrieron los tanatorios, pudiendo asistir hasta 10 personas. El mismo lunes llevaron a cabo un servicio en Malpartida de Cáceres y 3 más en el tanatorio de Cáceres. «Lo que sí hemos notado es que la gente, no sé si por miedo o porque tiene suficiente información, no ha acudido en masa, ha estado exclusivamente la familia directa».
En el entierro que llevaron a cabo en la localidad malpartideña señala que asistieron 12 familiares «pensé que fuera de la iglesia iba a haber gente, pero no, de momento se está respetando bastante».
En Cáceres, con 3 salas ocupadas, el procedimiento fue el mismo, sin tener que controlar a la gente. «Pensaba que pudiendo ir a los velatorios quizás hubiera aglomeración pero de momento hoy nada».
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El cambio de fase no ha llevado cambios en su forma de trabajo, pero sí, al permitir más gente y permitir los velatorios, deben acondicionar las salas.
«Tenemos que t2ner mascarillas por si alguien va sin ella, gel… y una vez sale el cuerpo desinfección integral de las salas. Estamos haciendo también cambios, cambiando los sofás que eran de tela poniéndolos de piel sintética para poder limpiar las superficies».
Las funerarias, al igual que el resto de servicios, comienzan a funcionar para adaptarse a la nueva normalidad a la que todos tendremos que adaptarnos a partir de ahora.
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