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Por primera vez desde que llegara la crisis sanitaria del coronavirus, Malpartida de Cáceres ha vuelto a disfrutar de su Pedida de la Patatera sin ningún tipo de restricción y lo ha hecho volviendo por todo lo alto, con una edición de su fiesta de interés turístico regional que ha batido records de asistencia, habiéndose congregado en la localidad más de 10.000 personas para disfrutar de esta popular fiesta.
La fiesta, que tiene sus raíces en el siglo XIX, rememora cuando los quintos iban casa por casa pidiendo comida para la llegada de la Cuaresma. En una época difícil, cuando los productos de la matanza casi habían terminado y aun quedaba época de frio, a lo que podían acceder a darle los vecinos era el embutido más humilde y económico, la patatera. Los quintos, tras haber ido por todas las casas de la localidad cesta en mano, terminaban su ruta en las tabernas de la localidad. A partir de los años ochenta esta fiesta se recupera por algunas asociaciones y grupos de amigos de la localidad y comienza a tomar un gran auge.
El pasado 20 de marzo, Martes de Carnaval, tras el discurso inaugural del alcalde de Malpartida de Cáceres, Alfredo Aguilera, y ante una Plaza Mayor que de nuevo fue ocupada en toda su extensión, comenzó el pasacalles popular con música, fuegos artificiales, confeti y la animación propia de ese día. Acompañaron, como siempre, los carros de agua decorados para la ocasión, donde los grupos de amigos portaron, como es costumbre, comida y bebida.
Todo un espectáculo que los malpartideños han vuelto a disfrutar con cientos de personas vestidas con ropas antiguas de labriegos, en el caso de los hombres y con trajes de percal negro en el caso de las mujeres, junto a vestidos de volantes y agitanados.
El desfile finalizó con la tradicional entrega de raciones de patatera por parte del equipo de gobierno, donde se entregaron alrededor de 3.000 raciones de patatera con pan entre los asistentes. Se estima que ese día se consumieron más de 2.500 kg de patatera en Malpartida de Cáceres.
Posteriormente, después la fiesta siguió en la Plaza Mayor, donde se celebró la popular romería urbana, en l que los asistentes disfrutaron de la música y buen ambiente hasta altas horas de la madrugada.
Para los más jóvenes, este año se trasladó la Caseta Joven a la zona de ocio del aparcamiento de la Piscina Municipal, para evitar así excesos de aglomeración.
De esta forma, los malpartideños volvieron a disfrutar un año más de su Día Grande, un día en que los problemas se dejan a un lado y se disfruta con amigos y vecinos, porque, como bien dijo Alfredo Aguilera, alcalde de Malpartida, desde el balcón del Ayuntamiento para abrir la fiesta, «la vida son cuatro días y uno de ellos… ¡La Patatera!».
Los orígenes de la fiesta
La Pedida de la Patatera rememora cuando los quintos de Malpartida de Cáceres, a finales del siglo XIX y antes del comienzo de la cuarentena el Miércoles de Ceniza, recorrían las calles pidiendo alimentos a los vecinos.
La patatera era en esa época de matanza el producto más económico y el que más se entregaba a los quintos, para evitar que entraran en casa y descolocaran sillas, camas, etc. en ambiente festivo e irreverente. Una vez reunidos los quintos en la Plaza Mayor, con la patatera, con buen vino y con ánimos de fiesta, comenzaba la fiesta hasta la madrugada. Esa tradición se recuperó en 1985 y hoy 38 años después, es el Día Grande de Malpartida de Cáceres, Fiesta de Interés Turístico de Extremadura.
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