Malpartida de Cáceres vuelve a echarse a la calle en la Pedida de la Patatera
Un año más, Malpartida de Cáceres volvió a volcarse en celebrar su Día Grande, el día más esperado del año, 'La Pedida de la Patatera'.
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La fiesta, que tiene sus raíces en el siglo XIX, rememora cuando los quintos iban casa por casa pidiendo comida para la llegada de la Cuaresma. En una época difícil, cuando los productos de la matanza casi habían terminado y aun quedaba época de frio, a lo que podían acceder a darle los vecinos era el embutido más humilde y económico, la patatera. Los quintos, tras haber ido por todas las casas de la localidad cesta en mano, terminaban su ruta en las tabernas de la localidad. A partir de los años ochenta esta fiesta se recupera por algunas asociaciones y grupos de amigos de la localidad y comienza a tomar un gran auge.
El pasado 25 de febrero, tras el discurso inaugural del alcalde de Malpartida de Cáceres, Alfredo Aguilera, y ante una Plaza Mayor ocupada por más de 5.000 personas, comenzó el pasacalles, de un kilómetro más o menos, amenizado por varias charangas y los carros de agua, decorados para la ocasión, donde los grupos de amigos portaban comida, bebida y hasta barbacoas que estuvieron trabajando a pleno rendimiento durante toda la jornada.
Todo un espectáculo, son cientos de personas las que salen a la calle vestidas con ropas antiguas de labriegos, en el caso de los hombres y con trajes de percal negro en el caso de las mujeres, junto a vestidos de volante y agitanados.
El desfile, que finalizó en La Plazuela del Sol, donde el equipo de gobierno repartió 1.500 raciones de patatera entre los asistentes, aproximadamente unos 500 kilos de patatera, hizo dos paradas oficiales antes de llegar al destino.
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Una vez repartidas todas las raciones de patatera, la fiesta continuó con la discoteca móvil y romería urbana popular.
Este año la fiesta estuvo acompañada por un tiempo espléndido, durante todo el día lució el sol haciendo que el pasacalles fuera todo un espectáculo de colorido.
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Los malpatideños volvieron a disfrutar un año más de su Día Grande, un día en que los problemas se dejan a un lado y se disfruta con amigos y vecinos, porque, como bien dijo Alfredo Aguilera, alcalde de Malpartida, desde el balcón del Ayuntamiento para abrir la fiesta, «la vida son cuatro días y uno de ellos… ¡La Patatera!».
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