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Alfredo Aguilera, alcalde de Malpartida, junto al grupo de malpartideños que acompañó a Monseñor Francisco Cerro. Cedida
Más de 100 malpartideños acompañaron a D. Francisco Cerro en su toma de posesión como Arzobispo Primado de la Archidiócesis de Toledo

Más de 100 malpartideños acompañaron a D. Francisco Cerro en su toma de posesión como Arzobispo Primado de la Archidiócesis de Toledo

Ana Isabel Padilla Macías

Malpartida de Cáceres

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Jueves, 5 de marzo 2020, 13:19

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El pasado sábado, 29 de febrero, una comitiva de más de 120 malpartideños, entre ellos Alfredo Aguilera, alcalde de la localidad, junto al cronista oficial de Malpartida de Cáceres, José Antonio Agúndez, y otros concejales del municipio, se dirigieron hacia Toledo para acompañar a su paisano, D. Francisco Cerro, en un acontecimiento histórico, su toma de posesión como arzobispo de Toledo y Primado de España, convirtiéndose de esta forma en el segundo extremeño en dirigir una de las archidiócesis más antiguas y relevantes del país.

Durante el acto hubo un gran despliegue de autoridades eclesiásticas, judiciales, militares y civiles, como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, el alcalde de la ciudad de Cáceres, Luís Salaya, o el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, así como la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, además de cientos de feligreses que llenaron la catedral en una multitudinaria ceremonia a la que llegaron varios autobuses de la comunidad extremeña.

La celebración, que se desarrolló en la Catedral toledana, tuvo una duración de unas dos horas, contando con 5 cardenales (Antonio María Rouco Varela, Antonio Cañizares, Ricardo Blázquez, Carlos Osoro y Aquilino Bocos), 8 arzobispos, más de 30 obispos y el nuncio apostólico en España, Bernardito Clepas Auza.

Braulio Rodríguez, el arzobispo saliente, hizo entrega a su sucesor, D. Francisco Correo, del bastón o báculo pastoral como signo de la sucesión apostólica.

Tras la entrega del báculo, Cerro pronunció su primer homilía, donde dedicó algunas palabras tanto a la diócesis cacereña, la que deja, como para la diócesis vallisoletana, su destino anterior antes de regresar a su tierra natal.

En esta primera homilía aseguró que las claves de su proyecto pastoral se encontrarán en la evangelización y en los pobres y necesitados «ante la situación de conflictos, de tensiones, de paro, de emigración que vivimos en los momentos actuales», subrayó.

Para acompañar a D. Francisco Cerro en un momento tan importante, desde Malpartida de Cáceres fueron más de 120 vecinos, repartidos entre dos autobuses y coches particulares. Además, en nombre del Ayuntamiento de Malpartida de Cáceres y de todos los vecinos de la localidad le regalaron el árbol genealógico con sus ascendientes de Malpartida.

Desde que el pasado 28 de diciembre se hiciera público el nombramiento no han faltado actos de homenaje, siendo el del pasado 16 de febrero en la catedral de Santa María, en Cáceres, el más masivo y simbólico. En él, unos 80 sacerdotes de toda la diócesis Coria-Cáceres llenaron el altar de Santa María rodeando a D. Francisco Cerro durante la ceremonia.

Monseñor Francisco Cerro, natural de la localidad cacereña de Malpartida de Cáceres, asume un cargo muy destacado dentro de la curia eclesiástica a sus 62 años, y lo hace en un tiempo en que se escucha más que nunca el clamor de la integración de Guadalupe en una diócesis extremeña, tema con el que el obispo deberá lidiar desde su nuevo cargo, frente a voces de la sociedad manchega contrarias a la suya.

Aunque la última palabra en todo el asunto la tiene la Santa Sede, a partir de ahora sus movimientos serán más examinados que nunca. D. Francisco Cerro cuenta ya con su residencia en Toledo y desde el pasado sábado se ha convertido en uno de los miembros que integran la élite. de la comunidad eclesiástica del país,

Desde el momento de la toma de posesión, la diócesis Coria-Cáceres ha quedado en sede vacante y se ha abierto un periodo de consultas para decidir quién será su próximo obispo.

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