Fallece el artista Fluxus Ben Patterson

El pasado sábado falleció en la ciudad alemana de Wiesbaden el artista y músico Ben Patterson, uno de los miembros fundadores del grupo Fluxus. Muy activo hasta sus últimos días (en sus palabras, los artistas son como viejos cowboys; mueren con las botas puestas) visitó el Museo Vostell Malpartida en diversas ocasiones, la última de ellas en 2013 cuando participó en una Acción Fluxus con sus compañeros de grupo Willem de Ridder y Philip Corner. En esos días se rodó el largometraje de María Pérez Malpartida Fluxus Village, en la que Patterson es uno de sus principales protagonistas.

Benjamin Patterson nació en Pittsburg (Pensilvania) en 1934. En los primeros años sesenta formó parte, junto con La Monte Young, John Cage y Yoko Ono, del grupo de artistas que llevaron la música y la performance a nuevos horizontes. Investigó la música de vanguardia en Colonia, donde conoció a Wolf Vostell y Nam June Paik, con quienes participó en el Festival Internacional de Música Nueva de Wiesbaden, considerado como el germen de Fluxus.

Conocido principalmente por sus performances, assemblages y environments (como Lemons, que puede contemplarse en el Museo Vostell Malpartida), trabajó también en la gestión cultural. Fue director de la Symphony of the New World, la primera orquesta interracial de los Estados Unidos, asistente de dirección del Departamento de Cultura de la ciudad de Nueva York (1972-74), director de desarrollo de la compañía teatral Negro Ensemble Company (1982-84) y director nacional de la fundación Pro Musica (1984-86).

Sus obras de acción musical más conocidas son Paper Piece (1960, Variations For A Double-Bass (1961) y Pond (1962). En el año 2010 el Museo de Arte Contemporáneo de Houston organizó la principal exposición retrospectiva de su obra, titulada Benjamin Patterson: Born in the State of Flux/Us.

Explicando en alguna ocasión su obra, el artista comentaba que lo que intentaba era abrir la mente, oídos y ojos de la gente, pero no necesariamente con técnicas de choque, sino a través de sorpresas y cosas inesperadas, de modo que uno se vuelva más consciente y sensible al mundo que le rodea.