Fedua Fuentes abrió su negocio de fotografía un mes antes del inicio del estado de alarma. Cedida

«Estaba a punto de empezar mi primera campaña de comuniones y llegó el virus»

Esta autónoma malpartideña es un ejemplo de los estragos que está haciendo en las empresas la crisis. Abrió su tienda el 3 de febrero y un mes después tuvo que cerrarla

Ana Isabel Padilla Macías

Malpartida de Cáceres

Domingo, 10 de mayo 2020, 11:15

Fedua Fuentes Benali, propietaria de F. F. Photography, es una malpartideña de 24 años que abrió su negocio de fotografía el pasado 3 de febrero. Apenas había comenzado su andadura cumpliendo el sueño de su vida cuando el coronavirus la golpeó de lleno, como a tantos otros autónomos, y tuvo que cerrar las puertas de su negocio. Días antes había inaugurado su primera exposición como autónoma, durante el acto del Día de la Mujer celebrado por el Ayuntamiento de la localidad, el pasado 9 de marzo, donde dio a conocer de forma pública su trabajo, obteniendo unas críticas inmejorables por parte del público.

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–¿Cómo está viviendo la crisis?

–Pues la verdad es que es un momento en que lo estoy pasando bastante mal. Estaba a punto de empezar con la campaña de comuniones y eran mis primeras comuniones, lo que iba a ser una nueva ilusión para mí. No pensaba que esto iba a pasar un mes después de montar mi empresa que con tanta ilusión lo hice... Pero lo importante ahora es ser fuertes y tirar para adelante, tanto yo como todos los empresarios que se están viendo afectados de una u otra forma.

–¿Qué fue lo primero que pasó por su cabeza cuando supo que tenía que cerrar?

–Uf… pues lo primero que pensé, fue que no podía haber elegido un peor momento para montar mi empresa. Tengo claro que todos los comienzos son duros pero esta situación escapa a cualquier previsión que pudieras haber tenido en cuenta. Eso sí, te aseguro que nunca perderá la esperanza y, en cuanto pueda, volveré con más fuerza de la que tuve cuando abrí el primer día.

–¿Está trabajando desde casa o ha parado completamente?

–He tenido que parar completamente, pero estoy aprovechando esta época de inactividad para continuar con mi formación para así dar un mejor servicio del que en un principio tenía previsto. Me lo tomo como una forma de atender mejor a mis clientes, ya que ellos son lo más importante. Además, para cuando pueda volver al trabajo, estoy sacando unas ofertas para todo tipo de personas. No cualquier cobra igual y creo que todo el mundo debe tener unas oportunidades parecidas. Dentro de mis posibilidades ayudaré con mi trabajo a todo aquel que lo necesite.

–¿Tiene trabajos previstos para cuando pueda abrir?

–Sí, la cabeza no para nunca… Aparte de las ofertas que estoy lanzando, también tengo prevista una segunda exposición de fotográfica en colaboración con una asociación de Cáceres. Además pondré descuentos especiales para todo aquel que quiera y colaboraré con varias empresas de Malpartida de Cáceres. Entre todos tenemos que salir adelante. Apoyándonos todos juntos seremos aún más fuertes.

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–¿Cuál es su situación por el cierre de su negocio?

–La situación en la que me ha colocado la llegada de la crisis del coronavirus es de inactividad total y facturación cero. Tuve que aplazar todas las sesiones que tenía concertadas con mis clientes, ya que la fotografía no es un servicio a distancia, tengo que tener trato directo con ellos. Fue una decisión dura, pero muy necesaria, pensando tanto en los clientes como en mí misma.

–¿Cerró antes o tras decretarse el estado de alarma?

–En mi caso, cerré una semana antes de que el Gobierno de España decretara el estado de alarma. En cuanto empezaron a escucharse más casos y el Ayuntamiento de Malpartida empezó a dar instrucciones de prevención creí que era la mejor opción por seguridad, a pesar de las pérdidas, pero primero la salud.

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–¿Sabe cuáles son sus pérdidas?

–Sí, claro. En este negocio, cuantificar las pérdidas que se tienen por el cese total de la actividad es fácil… El trabajo que realizo son sesiones fotográficas de estudio y al aire libre, por lo que no puedo trabajar de ninguna forma. No me es posible recibir a nadie en el estudio, por el distanciamiento social y también por la dificultad de guardar las distancias de seguridad y, por otro lado, al no poder salir a la calle, tampoco puedo realizar sesiones fotográficas al aire libre. Vamos, que no puedo trabajar en ninguno de los servicios que ofrezco, así que las pérdidas son del 100%.

–¿Cómo va a afrontar la vuelta al trabajo?

–Lo primero, con mucho miedo. Tengo pensado, para cuando volvamos a la actividad, poner una serie de normas de distancia e higiene para cuidar de la salud de todos.

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–¿Cómo ve las medidas del Gobierno para con los autónomos? ¿Ha recibido alguna ayuda?

–Afortunadamente, en mi caso me dieron por aceptada la prestación de ayuda como autónoma cuando la solicité y la verdad es que no puedo sentirme más afortunada por haberla cobrado. Espero que, como yo, sean muchos los autónomos que estén recibiendo esta ayuda, porque es un momento muy duro para un sector de la población que está pagando por mantener sus negocios a flote pero sin percibir ni un solo ingreso.

–¿Y del Ayuntamiento local?¿Ha percibido algún tipo de ayuda?

–El Ayuntamiento está trabajando duro para ayudar a todas esas empresas que se vieron afectadas, también está trabajando la asociación Anseca para que entre todos nos podamos ayudar a salir adelante.

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–¿Cómo ve el futuro del negocio ante un panorama tan incierto económicamente como este?

–La verdad es que lo veo muy negro. Si antes estábamos mal muchas empresas, ahora nos va a costar subir. Por eso, ahora más que nunca debemos apoyarnos entre todos, consumiendo en los negocios locales todo lo posible y también entre empresas. Personalmente, si en algo puedo ayudar a cualquier empresa, estaré disponible para ello.

–¿Qué soluciones cree que serían adecuadas para paliar el daño que están sufriendo autónomos y PYMES?

–Lo ideal… yo soy de las que ha cobrado las ayudas del Gobierno, pero aún así no creo que sea lógico que los autónomos sigan pagando sus cuotas sin poder trabajar. Una cosa es que el negocio no funcione o que se tengan pérdidas por algo, pero en situación normal, pero en este caso, con una prohibición de actividad ocasionada por un estado de alarma impuesto por el Gobierno, deberían haber suspendido los pagos y después, conforme se fuera abriendo el mercado, adaptar esos pagos al trabajo que se pueda hacer. Es decir, si puedo abrir un 30% de mi negocio, que se adapten esos pagos también a ese 30%, porque facturar un 30% y pagar un 100% va a suponer la ruina de muchos autónomos.

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